Sin duda alguna los Episodios Nacionales son el mayor proyecto literario en el que Benito Pérez Galdós decidió embarcarse. A lo largo de toda su vida, el escritor fue trabajando en la colosal tarea de novelar un siglo de la Historia de España. El siglo XIX, con todos sus convulsos y agitados avatares, se presentaba como uno de los periodos más atractivos de la historia española a los ojos de Galdós, no únicamente por los acontecimientos entonces acaecidos, sino también por su cercanía temporal y afectiva al célebre escritor canario.
La obra histórica está formada por cinco series, con diferentes protagonistas en cada una, que suman un total de 48 volúmenes. Cada serie es independiente del resto, aunque son frecuentes las apariciones de personajes en novelas de dieferentes grupos. Es por esta flexible estrucuración de la obra por lo que Galdós consigue escribir durante tanto tiempo (40 años) un número tan elevado de libros.
El estilo empleado por Pérez Galdós durante toda la obra es básicamente el mismo, a pesar de la evolución de su ideología y del cambio en algunos recursos narrativos. Galdós busca en sus novelas situar a españoles anónimos (representantes del pueblo llano la mayoría, nobles algunos, políticos los menos) en los acontecimientos de la época. De este modo, nos encontramos no sólo ante una fiel rememoración de los hechos sino también frente a una gran reconstrucción de la sociedad española y sus comportamientos durante el siglo XIX.
Los Episodios Nacionales tienen su comienzo con el Trafalgar, donde Gabriel Araceli(un golfo de las playas de Cádiz) es el protagonista, y acaban en su primera fase con el libro La batalla de los Arapiles. Esta primera serie es, rivalizando con la última, considerada como la mejor sección de la obra. Resumida por el propio Galdós, es la historia en la Historia de "Gabriel Araceli, que nació sin nada y lo tuvo todo". Sin duda alguna esta serie es la más idealista y opimista de todas (no en vano cuenta uno de los episodios más gloriosos de la Historia reciente Española)
En las tres siguientes series, el estilo de Galdós va experimentando una progresiva radicalización de sus ideales, llegando a mostrar fuertes signos de anticlericalismo y de desengaño con la política. Estas tres series abordan la época comprendida entre la llegada al poder de Fernando VII y las Guerras Carlistas. A los ojos de Galdós, los hechos acontecidos van adquiriendo mayor gravedad según avanzan los años, lo que provoca un oscurecimiento de las novelas.
El cúlmen de esta vorágine se encuentra precisamente en la quinta y última serie de los Episodios. Aquí, en seis libros, Galdós narra lo que son, a sus ojos, las consecuencias de los funestos errores comentidos en España. En unos libros nada halagüeños, el escritor canario dibuja un futuro sombrío para España. Concretamente, Cánovas, el libro que cierra la serie y la obra, presenta a España como un país dominado por el ultraconservadurismo y la Iglesia Católica y cuyo único camino para recuperar la libertad es una revolución. Así lo expresa Galdós: " Alarmante es la palabra Revolución. Pero si no inventáis otra menos aterradora, no tendréis más remedio que usarla los que no queráis morir de la honda caquexia que invade el cansado cuerpo de tu Nación".
Los Episodios Nacionales son, en definitiva, un gran ejemplo de cómo debe ser una novela histórica, puesto que son un fiel reflejo de la evolución de España durante el Siglo XIX: De la más absoluta euforia surgida a raíz de la victoria sobre Francia hasta la más ominosa confrontación pasó España en ese siglo. Y para que quedara puesto de relieve, Benito Pérez Galdós nos legó sus Episodios Nacionales
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