Poco a poco el joven Galdós a conocer la vida en la capital, y poco a poco fue desarrollando una ideología propia, basada fundamentalmente en el krausismo, que se manifiesta claramente en sus primeras novelas.
Debido a la convulsión social de la segunda mitad del siglo XIX, vive cantidad de hechos históricos, como la noche de San Daniel, que le impresiono vivamente.
Además, comenzó a asistir a numerosas representaciones teatrales, lo que hizo que comenzase a ser conocido en la capital. Pronto comenzó a escribir artículos para diversos periódicos, tales como "El Debate" y "La Nación".
Para completar su amplía lista de contactos en sus primeros años, organizó con sus paisanos un grupo de tertulía, que organizaba las conocidas como "Tertulias Canarias", que se celebraban en los cafes del paseo del Prado.
En 1867, Galdós salió por primera vez del país, viajando como corresponsal a París, para dar cuenta de la exposición universal. En París se familiarizó con la literatura européa, y se dedicó a traducir al español obras de Dickens.
Todas estas actividades supusieron su inasistencia a la universidad, por lo que fue expulsado. Después de una temporada allí, volvió a Madrid en barco, entrando a la vez que los generales Serrano y Prim.
Con todas las experiencias que había tenido y los lugares y personas que había conocido, Gladós ya estaba listo para escribir
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